De
la Voz del Señor:
“La
salvación no es juzgar.”
"A
medida que tus ojos se cierran a los pecados de otros,
de
la misma manera mis ojos están el doble de cerrados a los tuyos."
La
misericordia triunfa sobre el juicio. Santiago 2:13
No
juzguéis, y no seréis juzgados.
No
condenéis, y no seréis condenados.
Perdonad,
y seréis perdonados. Lucas 6:37
El
perdón es la clave para el progreso espiritual. A menos que nosotros perdonamos
las injusticias hechas a nosotros, no recibiremos el perdón de Dios por nuestras
transgresiones. Mire lo que dice la oración del Señor; sólo se identifica un
requisito para nosotros que en ella: perdona nuestras ofensas como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Nosotros perdonamos para a ser
libres de la enfermedad del resentimiento, que corroe nuestra paz, nuestro amor
y nuestra felicidad. Perdonamos y no nos vengamos, sabiendo que la venganza
está reservada para Dios: Mía es la venganza. Deut 32:35, Romanos 12:17-19
Jorge
Fox ha dicho: "El perdón es más que con la boca."
El
desafío para todos nosotros en esta vida es perdonar y olvidar. Podemos saber
que algo está mal, intentar perdonar en nuestra mente, pero no podemos olvidar;
lo cual nos impide perdonar en nuestros corazones. El síntoma de esta
esclavitud es siempre recordar las circunstancias de las injusticias y
reproducirlas en nuestras mentes, lo cual sólo refuerza nuestro resentimiento
por la injusticia original.
El
Señor es nuestro ejemplo. Como él fue crucificado, oró al Padre para que
perdonara a los que le habían crucificado, porque no sabían lo que estaban
haciendo. Él es el ejemplo supremo. No hay injusticia mayor que el hecho que su
propio pueblo lo haya crucificado, cuando él había sanado a ciudades enteras de
toda enfermedad y discapacidad, había resucitado a los muertos, devuelto la
vista a los ciegos, y no había hablado más que la verdad; sin embargo cuando
estaba sufriendo un dolor inimaginable y estaba muriendo, oró pidiendo el
perdón de ellos. Ahora bien, si alguna vez hubo una justificación para la ira,
tuvo que ser esta terrible crucifixión del hombre más humilde que caminó sobre
la tierra; sin embargo el Señor no se airó. De modo que, debido a su monumental
perdón hacia los que le asesinaron, sabemos que nunca hay justificación para
que nosotros tengamos ira. Él sentía dolor, un dolor casi hasta la muerte, ya
que sabía lo que le sucedería. Y su reacción fue de dolor por la colosal
injusticia que sufrió, pero no de ira; dolor, no por sí mismo, sino dolor por
lo equivocado que estaban sus hijos errantes.
Son
muchos los que justifican su ira diciendo: "el Señor se enojó cuando
expulsó a los mercaderes del templo." Mi respuesta es: "no, no, se
enojó como un hombre que se enoja; él estaba perfectamente bajo control y sabía
exactamente lo que estaba haciendo, pues dijo que no juzgaba nada a sí mismo,
sino sólo al escuchar los juicios del Padre; además se limitó a decir lo que
oyó al Padre decirle que dijera, y sólo hizo lo que el Padre le mostraba que
hiciera". La ira es un juicio que nosotros hacemos, y cuando juzgamos a
alguien más con críticas, sufrimos el mismo juicio: No juzguéis, y no seréis
juzgados. No condenéis y no seréis condenados. Perdonad y seréis perdonados.
Lucas 6:37
A
menos que seamos perfeccionados, no podemos dejar de enojarnos en algunas
circunstancias, pero se nos dice: no se ponga el sol sobre vuestro enojo. Efe
4:26
Esto
no significa que no hay nada malo que las personas puedan hacer. Yo deploro las
acciones injustas, pero cuando me son hechos a mí, me doy cuenta de que tengo
que perdonar a la persona y olvidar, de lo contrario yo sufro aún más. El amor
no lleva cuentas del mal. Juan dice: Todo aquel que aborrece a su hermano ha
cometido un homicidio en su corazón. (1 Juan 3:15). La ira es lo opuesto del
perdón. No se puede perdonar a alguien y todavía estar enojados con ellos.
Por
lo tanto, la solución tiene dos partes:
1)
darse cuenta que toda ira es una ilusión falsa que oculta su propio fracaso en
hacer frente a una injusticia al pasarla por alto, y cuando usted se encuentra
retorciéndose en el recuerdo de una injusticia, recordar que la ira es falsa y
dejar de entretenerla, sin importar que tan lógico todo parezca. Su mente
tratará de convencerle de que esta injusticia es una excepción y no toda ira es
mala; pero que esto sólo su mente carnal (satánica) tratando de justificarse a
sí misma.
2)
más importante es, que cuando se encuentre en la turbulencia en recuerdo de la
injusticia, ore fervientemente por la persona que le hizo un mal. Yo oro por
ellos para ayudar a encontrar la verdadera felicidad. (Esto no quiere decir
orar por ellos para ser feliz en el medio de su equivocación, a pesar de las
apariencias, ellos sufren por cada injusticia que tienen que lidiar). Yo
abandono su ruta para tener felicidad con Dios. Solamente quiero que ellos
eventualmente sean felices y por eso oro específicamente. También oro para que
el Señor le ayude a liberarse de la rabia y el resentimiento.
Hay
otra herramienta poderosa en esa oración. Visualice estar abrazando a esa
persona con afecto. Si tiene problemas haciendo esto, se puede preguntar lo
mismo que yo: ¿Deseo que esta persona sufra el dolor del Infierno, cuando yo
mismo he hecho las mismas cosas o peores por las cuales Dios me ha perdonado?
No, yo perdonaría a cada uno por todo lo malo que me hayan hecho, para prevenir
que sufran en el Infierno. Entones, así es como encuentro posible el poder
visualizarme abrazándolos con amor. Usted no se puede imaginar el alivio que se
siente al estar libre del resentimiento de esta manera, por eso bienaventurados
los misericordiosos: porque ellos alcanzarían misericordia. Mat 5:7
Esta
oración y visualización, puede hacerse mientras se espera al Señor, cuando los
eventos negativos se repitan en la mente. Haga una pausa para recordar que no
hay justificación para la rabia e inmediatamente comience a orar por aquellos
que lo han herido. Esta es la manera de cómo se puede recibir la ayuda del
Señor, la cual es a menudo necesaria para ayudarnos a quitar el dolor de
nuestro corazón y así poder perdonar.
William
Penn ha dicho: "Cuando tu prójimo sea injusto contigo, no lo resientas;
compadécete de él por su falta de sabiduría y entendimiento, cosas que
evitarían sus actos equivocados. Nosotros deberíamos de prisa hacer el bien a
nuestro prójimo en lugar del mal y en lugar de tomar venganza, deberíamos dejar que sea juzgado por la
propia satisfacción o insatisfacción de sus actos injustos”.
Con
misericordia y verdad se expía la falta [del corazón], y con el temor de
Jehovah uno se aparta del mal. Prov 16:6
Y
su señor, enojado, le entregó a los verdugos hasta que le pagara todo lo que le
debía.
Así
también hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada
uno a su hermano. Mat 18:34-35
¡Oh
hombre, él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti Jehovah?
Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Dios?
Miqueas 6:8
El
discernimiento del hombre detiene su furor, y su honra es pasar por alto la
ofensa. Pro. 19:11
Sabed,
mis amados hermanos: Todo hombre sea pronto para oír, lento para hablar y lento
para la ira. Santiago 1:19
Porque
si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os
perdonará a vosotros.
Pero
si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras
ofensas. Mat 6:14-15
y
perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todos los que
nos deben. Lucas 11:4.
Pero
ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia
y palabras groseras de vuestra boca. Col 3:8
Quítense
de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritos y calumnia, junto con toda
maldad. Efe 4:31
Orar
por nuestros enemigos ayuda también a quienes nos han herido. El Señor nos dijo
que debemos amar a nuestros enemigos y
orar por ellos, bendecir a aquellos que nos persiguen y pagarle al mal con el
bien -- porque eso no nos ayuda
solamente a nosotros, ayuda al enemigo a ver sus faltas y lo motiva a cambiar.
Más
bien, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber;
pues haciendo esto, carbones encendidos amontonarás sobre su cabeza.
No
seas vencido por el mal, sino vence el mal con el bien. Rom 12:20-21
Si
usted no se enoja con alguien que le está tratando mal, su paz y amor lo
convence de su equivocación pero, si se enoja con alguien que lo ha herido,
todo lo que ellos ven es su equivocación y se sienten aún más justificados de
su injusticia.
El
justo por fe vivirá. Rom 1:17, Heb 10:38
Si
usted busca a Dios como su primera prioridad en la vida, mientras más pronto
entienda que todo lo que le ha pasado ha sido concertado para ayudarle a
crecer, mientras más pronto esté dispuesto a perdonar, más pronto estará en paz
en lugar de estar con ira y resentimiento. Esta vida es una ilusión. Dios es
mucho más poderoso y trabajará a su alrededor mucho más de lo que puede
imaginar. Para aquellos que le aman y son llamados, el controla todo alrededor
de ellos. (Este arreglo de las circunstancias sólo ocurre en aquellos que le
aman y lo siguen) Todas las cosas [incluida la gente] ayudan para el bien de
aquellos que lo aman y son llamados conforme su propósito. Rom 8:28. Entonces,
si está hambriento, él le ama y le ha llamado. El hambre es su regalo para
usted. Es su manera de atraerle a él. Así es que estará hambriento y se
lamentará pero eventualmente se sentirás satisfecho y consolado. Funciona,
confíe en Él. Él lo ha creado. Él está en usted. Él le conoce mucho mejor que
usted mismo. Él lo cambiaría para que sea como Él, llevándole a la pureza para
luego unirlo con Él en el Reino donde caminará en la Luz de Dios.
El
Señor me ha dicho, "vive en la Fortaleza de la fe donde no importa si
alguien te da un beso o te pega con un bate de beisbol", sabiendo que todo lo que me pasa está
totalmente bajo su control y dirección. Así es que si me pegan con un bate de
beisbol, Él me esta enseñando la necesidad de perdonar, de ignorar a pesar del
dolor y de lo equivocada que esté la persona con el bate. Su vida es una
carrera de obstáculos, diseñada por Dios para que usted la recorra lentamente,
aprendiendo a perdonar y a olvidar a pesar del dolor y de la injusticia. Esta
vida es un campo de entrenamiento, para producir a un soldado de amor, cuya
arma es la espada del Espíritu, la palabra viviente de Dios. Cuando se de
cuenta de que es Dios quien ha permitido que esa persona sea maleducada,
desagradable, y malintencionada con usted, fácilmente podrá perdonarlos porque
los verá como un obstáculo de un potencial resentimiento, cuya ofensa debe ser
ignorada, (o si no son ignorados, sirve para producir el dolor del
resentimiento) como resultado ser usados por Dios para ayudarle en su progreso
espiritual.
¿Cómo
vivo en esa Fortaleza de la fe? La palabra en mi corazón me enseñó "a no
esperar nada;" por lo tanto no me sorprendo ni me desilusiono. No soy
perfecto, así es que a veces debo permanecer callado o introvertido. Otras
veces tengo la capacidad de simplemente entender que lo que me está pasando
está arreglado por el Señor para ayudarme a superar el problema que tengo;
entonces mi fe no puede caer y no reacciono. Tengo que darme cuenta de que no
puedo superar un problema, hasta que esté enfrentado con la tentación de
enojarme y criticar; así puedo ver la injusticia como una prueba que me ayuda a
crecer y es más fácil perdonar a la persona que me hizo la injusticia.
Otros
han escrito que cuando son enfrentados con cualquier tentación, simplemente
huyen del Señor, y dependen de su gracia. Mi esposa ha aprendido del Señor que
sólo debe estar triste cuando ocurre un ataque, así como el mismo Señor
reaccionó a las injusticias que el sufrió. En mi caso, me tengo que recordar
que lo que está pasando es la voluntad del Señor para ayudarme a crecer – y
realmente funciona para mí. Me puedo relajar e incluso sonreír internamente
cuando recuerdo eso.
El
perdón es parte de acarrear tu cruz. Perdonar, es olvidar tu naturaleza humana
que quiere atacar; incluso aunque usted no lo haga pero, de todas maneras
quisiera. Negando ese impulso y volviendo a su fe original, aceptando que todo
viene de la mano de Dios, es acarrear la cruz; diciéndose a sí mismo: La
voluntad del Señor sea hecha, lo cual es la oportunidad para mi propio
crecimiento al superar esta ofensa, incluso si son los que amamos los que
cometen la injusticia, lo cual lo pone triste.
Los
seres amados a menudo nos tratan injustamente, como una manera inconsciente de
controlarnos y manipularnos; cuando deje de reaccionar (incluso si es sólo con
sus ojos y sus expresiones faciales), ellos no tendrán la satisfacción del
control que buscaban y eventualmente dejarán su rutina normal, buscando otra
manera de “tirar de su cadena”. Espere que muchos en su familia serán la fuente
de muchos de sus problemas porque el Señor nos dijo: No penséis que he venido
para traer paz a la tierra. No he venido para traer paz, sino espada. Porque yo
he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra
su madre y a la nuera contra su suegra. Y los enemigos de un hombre serán los
de su propia casa. Mat 10:34-36. El usa a nuestra familia como piedras
pulidoras que pulen la tentación, las cuales están diseñadas para pulir las
orillas ásperas hasta que estén suaves.
La
peor parte de ser atacado por miembros de su familia, es que ellos lo conocen
muy bien y sus ataques tuercen sus inocentes acciones para que se vean malas; y
eso puede ser aterrador. Dese cuenta que esta es exactamente la manera que el
demonio nos condena; el retuerce nuestras acciones de la peor manera,
acusándonos de tener malas motivaciones, esperando deprimirnos, desalentarnos o
hacernos enojar. Cuando usted ha estado por un tiempo bajo la instrucción de
Dios, Él le dirá: “No dejes que nadie te juzgue”. El es nuestro único juez. Pablo dijo que
incluso él no se juzgaba a sí mismo. Recuerde, que la gente solo está tratando
de tirar su cadena y tener la satisfacción de hacerlo enojar o de que se
deprima; su mejor defensa es la de permanecer tranquilo. El Señor nos ha dicho,
“abandona la conversación; deja que sus palabras pasen por sobre tu cabeza”.
Después que usted haya dejado de pelear, alguien dejará de atacar. Otros
continuarán; cuando ellos hagan una pausa, váyase calmadamente. Si usted se
enoja, retírese cuanto antes y ore por ellos, para descargar su rabia. El Señor
nos ha dicho, "no se paren en frente de los volcanes”; los volcanes son
las personas en erupción por la rabia—calmadamente váyase en la primera pausa.
¿Porqué usted tendría que escuchar a la gente enojada e irracional? Cuando la
gente está enojada, las emociones se están apoderando de ellos; lo que dicen no
es lo que dirían si no estuvieran con rabia. Es la rabia la que habla, no ellos
mismos; la rabia es irracional, así es que no se moleste en considerar que lo
que dicen es verdad. Cuando usted se vaya, usted debería, (solamente si usted
piensa que el tema necesita una resolución) decir: “Cuando se hayan calmado,
estaré disponible para seguir discutiendo de esto, pero no tiene sentido seguir
discutiendo ahora”.
Hay
algunas personas que han estado condicionadas por su educación para pensar que
si alguien está enojado con ellos, es por culpa de ellos. Otros están
condicionados para responder peleando. Ambos, están igualmente equivocados.
Deje de discutir, si no funciona, váyase.
El
perdón, la misericordia, y el no juzgar, están todos relacionados. No juzguéis,
para que no seáis juzgados. Mat 7:1. El juzgar y ser juzgado no que Dios lo
esté castigando, sino que es usted castigándose a sí mismo al guardar el
resentimiento que es resultado de su juicio. Usted no puede juzgar
correctamente a alguien porque usted no ha caminado en sus zapatos, pero Dios
sí lo ha hecho desde el momento en que ellos nacieron; él ha sigo testigo de
cada palabra, cada pensamiento, cada acción, cada incidente en sus vidas. Por
lo tanto sólo él puede entender su pasado lo suficiente para emitir un juicio
correcto. Por ejemplo, se hizo un estudio con las prostitutas de las calles de
San Francisco: el noventa y cinco por ciento de ellas había sido violada por un
miembro de su familia durante su niñez; aún nuestros prójimos, que parecen ser
como nosotros, han tenido experiencias muy diferentes en sus vidas, las cuales
sólo Dios conoce, y por lo tanto sólo Él es capaz de juzgar correctamente el
comportamiento de otros. Si su prójimo le hace algún daño, perdónelo y tenga
compasión por su falta de sabiduría, la cual usted es suficientemente
afortunado de haber recibido.
Recientemente
me sentí más que desilusionado por alguien a quien yo había tratado de ayudar.
La Palabra del Señor en el interior me dijo: "él es de la misma tierra que
tú;" lo cual me hizo considerar que tanto él como yo éramos seres creados,
y que yo realmente no conocía su experiencias pasadas que pudieran haberlo
programado para tener ciertas debilidades. Además, comencé a ver que no tiene
fundamento que un ser creado critique a otro ser creado. Después oí la voz del
Señor decir en el interior: "Tu desafío es considerarte a ti mismo igual a
todos los demás." Pensando acerca de esto, entendí que la única diferencia
entre mí y el resto de las personas era que a mí se me había enseñado
sabiduría; y que a todos los demás se les enseñará la sabiduría también,
algunos después que a otros, pero eventualmente, como dijo Jesús: "Está
escrito en los Profetas: Y serán todos enseñados por Dios." Juan 6:45.
Otra enseñanza relacionada que nosotros recibimos del Señor es que aquellas
personas que todavía están encadenadas por el pecado sólo son espiritualmente
más jóvenes que nosotros; su madurez espiritual todavía está en el futuro, y la
mayoría no madurarán hasta que estén en la próxima vida, (Vea Hay esperanza
para todos para leer más acerca del proceso de aprendizaje de la próxima vida).
Yo
concluí que mi desilusión era realmente una cubierta para la ira que sentía por
su fracaso, y yo no tenía el derecho de concluir que sólo porque yo podía verme
a mí mismo claramente haciendo lo correcto, él todavía no era capaz. Por lo
tanto, me esforcé para ignorar su debilidad y su fracaso, sustituyendo la
compasión por el precio que él continúa pagando; y entonces oí la Palabra del
Señor en el interior decirme: "Ama la misericordia." Como las
advertencias acerca de juicio, la ira y el perdón, así también se nos advierte
que seamos misericordiosos: "Porque habrá juicio sin misericordia contra
aquel que no hace misericordia. ¡Pero la misericordia triunfa sobre el
juicio!" Santiago 2:13.
De
la Voz del Señor: "Nunca critiques a ningún individuo u organización, no
importa cuánto merezcan ser criticados;" y "sé ciego con respecto a
las faltas opresivas de otros." En particular, sé ciego con respecto a las
faltas de tus hermanos creyentes, las cuales todos tenemos hasta que hayamos
sido purificados.
Cuando
usted tenga suficiente Espíritu de Dios dentro de usted, usted puede ser
específicamente ordenado con palabras de Dios ha emitir juicio sobre alguien en
particular; pero eso no sería juzgar, eso sería Dios. Jesús mismo no juzgó: Yo
no puedo hacer nada de mí mismo. Juzgo sólo según lo que oigo, Juan 5:30... lo
que yo hablo, lo hablo tal y como el Padre me ha hablado. Juan 12:49-50... el
Hijo no puede hacer nada de sí mismo [por su propia voluntad], sino lo que ve
hacer al Padre. Porque todo lo que él hace [el Padre], esto también lo hace el
Hijo de igual manera, Juan 5:19.
¿Tiene
usted el problema de no enojarse con las injusticias? Si es así, espere más
injusticia en su camino, porque así es como va a curarse. El Señor obra en
nosotros, un problema a la vez, hasta que nos cura del dolor del fracaso. E
incluso después de que somos "curados", se nos darán mini
recordatorios de vez en cuando para recordarnos de la recompensa de perdonar o
el dolor del resentimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario