martes, 26 de abril de 2016

El señor siempre esta atento

El señor siempre esta atento

El Señor habla de ti, y dice: me invocarán, y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia; l
.o libraré y lo llenaré de honores.” Salmos 91.15 (NVI)

Dios siempre escucha el clamor de Sus hijos: “Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor! Y Dios le concedió lo que pidió.” 1 Crónicas 4:9-11 (La Biblia de las Américas)

Dios le dijo un día al rey Salomón: “Pide lo que quieras que yo te dé. Entonces Salomón dijo a Dios: Tú has mostrado gran misericordia con mi padre David, y me has hecho rey en su lugar. Dame ahora sabiduría y conocimiento, para que pueda salir y entrar delante de este pueblo; porque, ¿quién podrá juzgar a este pueblo tuyo tan grande?
Dios dio a Salomón sabiduría, gran discernimiento y amplitud de corazón como la arena que está a la orilla del mar.
2 Crónicas 1:7,8,10 y 1 Reyes 4.29 (LBLA)

Otro guerrero de Dios, Asa, “decidió enfrentarse a Zérah y a su ejército, y colocó a sus hombres en posición para la batalla en el valle de Sefata, que está muy cerca de Maresá. Luego oró a Dios, diciendo: «Dios nuestro, nos hemos atrevido a pelear contra este ejército tan grande, porque confiamos en ti y queremos honrarte. No hay nadie como tú para ayudar al débil y liberarlo del poderoso. Por eso te rogamos que nos ayudes. ¡Tú eres nuestro Dios! ¡Sabemos que nadie te puede vencer!» Y efectivamente, Dios y su ejército acabaron con los etíopes.” 2 Crónicas 14:11,12 (TLA)

¿Le estás entregando tus batallas a Dios? ¿Le estás pidiendo lo que necesitas en oración? Dios siempre escucha, y responderá cuando Él lo disponga, ¡no bajes los brazos!

Por eso decía el salmista: “A ti, oh Dios de Sión, te pertenece la alabanza. A ti se te deben cumplir los votos, porque escuchas la oración. ¡Dichoso aquel a quien tú escoges, al que atraes a ti para que viva en tus atrios! Saciémonos de los bienes de tu casa, de los dones de tu santo templo
Tú, oh Dios y Salvador nuestro, nos respondes con imponentes obras de justicia; tú eres la esperanza de los confines de la tierra y de los más lejanos mares.” Salmos 65: 1-2,4-5 (NVI





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